De un tiempo a esta parte la pornografía no sólo se ha difundido masivamente, sino que también se ha convertido en algo “normal” y “aceptable”. Algunos quieren creer —o hacernos creer— que se trata de un inocente pasatiempo, de un simple entretenimiento, cuando en realidad es una plaga que devora el alma y un veneno que intoxica silenciosamente a quienes la consumen. ¿Cómo actúa esta nueva y envolvente “droga visual”? ¿Qué intereses ocultos la promueven? ¿Qué consecuencias reales trae? ¿Cómo prevenirla? Pero, sobre todo, ¿cómo liberarse de ella? Éstas son algunas de las preguntas que el presente texto busca responder. Dirigido fundamentalmente a hombres jóvenes, constituye también una sugerente guía para padres de niños y adolescentes.