Aunque Santa Filomena vivió hace aproximadamente 1,700 años y apenas fue descubierta en las catacumbas de Roma a principios del siglo XIX, su fiel testimonio como joven virgen que fue martirizada por su pureza y su fidelidad a Cristo habla poderosamente a nuestra cultura, y especialmente a los jóvenes. Conocida comúnmente como una "trabajadora de maravillas", ella tiene la distinción de ser la única santa canonizada solamente sobre la base de los milagros profundos atribuidos a su intercesión. Santa Filomena es una poderosa defensora e intercesora que tenemos ante el trono de Dios Todopoderoso.